viernes, 26 de abril de 2013

La Misión Robinson

La primogénita de Chávez

La Misión Robinson es la misión primigenia del presidente Chávez. Fue el primer fruto de su gobierno y, en lo personal, de su conciencia sobre la educación y de su sentir social. Ella fue concebida en razón de las tremendas necesidades educativas que afrontaba el país para aquel entonces; las cuales el presidente Chávez asumió orientado por el objetivo de encarar decididamente los problemas para darles solución en la naciente quinta república. De un análisis y evaluación de estos el presidente Chávez determina que la prioridad de entre todas las necesidades en materia educativa era la de hacer frente al creciente problema del analfabetismo.
En efecto, en Venezuela el analfabetismo alcanzaba para el año 1999 la cantidad de 1.600.000 personas que no sabían leer ni escribir. Pero ganas no les faltaban a estos venezolanos. Solo que el Estado capitalista venezolano antes de Chávez no valoraba ni le importaba ese notable e ineludible problema social. No era para ellos prioridad. No les interesaba a los políticos capitalistas venezolanos educar al pueblo sino esclavizarlos. Solo les interesaba hacer de la deficiencia educativa un mecanismo para ganar votos. Pero cuando llega el gigante de Sabaneta, humanistas como era, revierte decididamente esa situación, incluso a contrapelo de lo que le “aconsejaban” los sectores académicos de país, y lanza una misión tomando como bandera el pensamiento de Bolívar: “Moral y luces son nuestras primeras necesidades”, cambiando la forma de hacer gobierno en el país.
Así nace la Misión Robinson, cuyo nombre invoca la memoria de nuestro celebre filósofo y maestro Simón Rodríguez, quien usaba el seudónimo de Samuel Robinson a causa de los vientos tempestuosos que se alzaban en razón de la revolución anti imperio español del que el filósofo expresaba ideas contrarias. Maestro del Libertador Simón Bolívar, acuño la frase: “o inventamos o erramos”, que ha sido también unos de los ejes ideológicos de la Revolución Bolivariana. En efecto, ya lo había dicho Robinson: “Los gobiernos deben ser en la primera escuela el fundamento del saber y la palanca del primer genero conque ha de levantar los pueblo al grado de civilización que pide los siglos. El interés general está clamando por una reforma de la instrucción pública, la América esta llamada por las circunstancias a emprenderla; la América no debe emprenderla servilmente sino ser original, enseñen y tendrán quien sepa, eduquen y tendrán quien haga. La guerra de independencia no ha tocado a su fin.” Fue el sendero que el maestro le marco también a Chávez.
La Misión Robinson constituye una modalidad educativa de alfabetización basada en un método de aprendizaje para personas adultas de comprobada efectividad desarrollado por Cuba. Un rasgo importante de esta modalidad no era otra que la ampliación a gran escala del radio de acción como estrategia para alcanzar el objetivo de alfabetizar en al mayor número de venezolanos y venezolanas el menor tiempo posible. Esto marcaria la diferencia entre anteriores programas de alfabetización implementados por los gobiernos de la era pre-Chávez, y la Misión Robinson de la era chavista: La masificación. Y gracias a la masificación podría cubrirse un requisito de la Revolución Bolivariana: la de tener un pueblo culto. Era y es una necesidad revolucionaria. Así lo entendía el presidente Chávez.
La táctica metodológica de esta estrategia (así lo concebía el Comandante Chávez, como estrategia y táctica, aplicando sus conocimientos marciales adquiridos en la “Casa de los Sueños Azules”, la Academia Militar de Venezuela) era el método “yo sí puedo” provisto por los hermanos cubanos. Este método, galardonado por las Naciones Unidas, también selló diferencia con respecto a anteriores métodos del pasado, como el método Acude. El método Acude agregaba, además del tradicional libro de texto o cartilla, un conjunto de herramientas fonográficas como cassette y discos de acetato. Pero el método yo sí puedo de los cubanos va un poco más allá pasando a la alfabetización con videos y herramientas de video en formato VHS y después en DVD, además de tener elementos didácticos y androgógicos intrínsecos al método mismo derivados de los más recientes avances pedagógicos que su creadora, la Dra. Leonela Relys, le pudo adaptar.
De esta manera arranca la Misión Robinson un primero de julio del año 2003 en todo el territorio nacional. De inmediato se activa el apoyo de todos los sectores populares de toda Venezuela. El apoyo es masivo. Miles y miles de voluntarios se van sumando a la actividad misionera. Jóvenes y ancianos, hombres y mujeres de buena voluntad de todas partes inician un verdadero proceso de transformación cultural. Los resultados no se hacen esperar. En tan solo cinco meses y medio la Misión logra alfabetizar un millón de personas. Una verdadera revolución educativa en un profundo proceso de inclusión que da marcha la Revolución Bolivariana conducida magistralmente por el Comandante Hugo Chávez.
La máxima conquista del pueblo fue la de que en el 2005 Venezuela se declarase “Territorio Libre del Analfabetismo” por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco). Un logro de la Revolución Bolivariana que asombró, impactó y motivó al mundo entero a seguir el ejemplo.
Actualmente la Misión continua en su función en su segunda fase: la de concluir los estudios de la escolaridad primaria (Llamada Misión Robinson II). Además, se ha constituido la Misión Robinson III, que consiste en la formación de círculos de lectura y estudios como colectivos de egresados de la Misión que prosiguen sus estudios en la Misión Ribas. El balance de la Misión Robinson da razón de 1.800.000 personas alfabetizadas, entre estas unas 40.000 son indígenas (quienes han aprendido a leer y a escribir en castellano y en su lengua aborigen), 7.250 personas discapacitadas, 1.500 convictos o privados de libertad, entre otros.
Nada de esto hubiese sido posible en un sistema capitalista, donde la educación no es otra cosa que una mercancía que se vende muy caro.

jueves, 11 de abril de 2013

Misiones Socialistas


Las Misiones sociales constituyen hoy por hoy una de las obras de mayor importancia y trascendencia del gobierno del presidente Chávez. Son millones los ciudadanos y no ciudadanos que han sido beneficiados al menos de una de las misiones, y que han mejorado sustancialmente su calidad de vida. Su creación representa la gran preocupación que sentía el Comandante respecto a las necesidades más apremiantes que arreciaban al pueblo venezolano al inicio de la quinta república. Las misiones han traído felicidad al pueblo.
Cuando llega el presidente Chávez al poder (y después de haber soportado y franqueado toda suerte de golpes políticos y económicos en el año 2002, colosales presiones empresariales, etc.) comienza a diseñar mecanismos que le permitieran al gobierno asistir a la población de menores recursos. Después de pasarle lupa a la situación educativa, sanitaria y alimenticia nacional mediante información estadística, el presidente se percata de que la brecha es abismal. Los índices de analfabetismo, de población flotante de bachilleres, de personas desasistida medicamente, de desnutrición eran realmente alarmantes y algo se debía hacer inmediatamente. Sin embargo, todo estaba en contra del presidente Chávez. No solo cierta clase política se erizaba contra el presidente, sino que la estructura misma del sistema imperante en Venezuela la impedía al presidente Chávez maniobrar por canales ordinarios. Las universidades apelaban hipócritamente a la trillada y poca prístina “autonomía universitaria”. Los hospitales alegaban incapacidad infraestructural frente a una creciente población que reclamaba ser atendida. Los académicos, algunos de ellos, afirmaban que un programa social de alfabetismo seria improductivo ya que los estudios en materia de aprendizaje de adulto señalaban que el cerebro a cierta edad y sin educación formal poseía menos capacidad de aprendizaje, etc., etc., etc. Nadie en verdad quería cooperar. Nadie quería servir al pobre y menesteroso. Era la lucha de David contra Goliat. Y Chávez venció a Goliat.
Chávez demostró que otra forma de hacer las cosas era posible. Rompió todos los esquemas establecidos y prácticamente ridiculizo la ciencia de los “sabios y entendidos”. Además Chávez demostró que existe una fuerza que puede derribar todas las barreras y obstáculos, que puede franquear todas las montañas y que puede saltar todos los mares de dificultades. Una fuerza desconocida para muchos en aquel entonces. Chávez demostró lo que puede capaz la fuerza del amor.
En una próxima entrega estaremos hablando de la primera gran misión creada por el presidente Chávez.